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¿Ser o parecer responsables? La industria de la moda en Colombia y su madurez en el negocio.

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a forma en la que se ha comunicado la escenificación del juego de las apariencias, en múltiples ocasiones se valora únicamente desde la dimensión más tangible – lo estético – sin embargo al efectuarlo de esa manera, se renuncia a gran parte de su importancia en lo que respecta al peso que tiene tanto a nivel individual; como a nivel colectivo.  Es decir los trapos como cómplices también denotan un estado del ser, no sólo de una mayor o menor conciencia estética, sino que a su vez es factible incluir una lectura extensiva acerca de la madurez. Ahora bien en este contexto la invitación frente al examen de madurez de la industria de la moda en Colombia, se va a ceñir al efecto directo de la misma: Hacerse responsable y todo lo que ello implica. 

¿Qué supone hacerse responsable en el contexto empresarial de la moda en Colombia?

En primer lugar supone formularse preguntas incómodas, y en el presente escenario de incertidumbre la honestidad en dichas respuestas serán un indicador para verificar que tan responsable se está siendo producto de la senda de madurez conquistada – ojo no la anhelada o la sobre actuada – y según esa foto fija detrás de la madurez de los actores implicados en el eco sistema moda en Colombia; se podrá establecer una conversación sensata, veraz y sobre todo alejada de las escaladas sistemáticas de pánico que en la medida de lo posible hay que intentar desarmar en el marco de la pandemia. 

De modo que el examen acerca de la madurez en el entorno de los modelos de negocios – en este caso de moda – responde también a una máxima de uno de los actores que revolucionó en gran medida los intercambios en esta industria: Amancio Ortega padre y señor del emporio de Inditex quien siempre suele hacer hincapié en lo siguiente: Las unidades de negocio han de ser entendidas como organismo vivos, pues así podrán renovarse con mayor acierto con el paso del tiempo.

Ahora bien, la idea no es tomarlo como un dogma, pero con la pandemia estamos observando por medio de nuestras ventanas – y también pantallas – una serie de re conquistas de la naturaleza ante nuestra ausencia en el ámbito cotidiano. 

 

Imagen de Michael Bailey Gates

 

 

Con el ánimo de no caer en el terreno de especulación y menos en este contexto, me dirigí a Fabián Hirose Consultor en Gerencia Internacional de Marcas de Moda especializado en Insight, Estrategia y Desarrollo, que en su haber actual reposa un encargo de desarrollo profesional por parte del Bogotá Fashion Week (BOGFW), en el que junto con un panel de consultores globales y locales están acompañando a múltiples marcas colombianas con las que han compartido el planteamiento de la madurez, su pertinencia y alcances para evitar que esas unidades productivas caduquen igual que las tendencias; y bajo una aprehensión consciente haciéndose responsables de sus negocios se conquiste la longevidad y permanencia, aspiración universal en cualquier segmento económico a nivel global.

El consultor en gerencia internacional de marcas de moda nos comparte (compartió) las siguientes reflexiones:

“ A primera vista, abogar por un único enfoque capaz de clasificar los problemas y los patrones de crecimiento de las pequeñas empresas de manera sistemática y presuntamente útil para todos los empresarios; cobija en si misma una acción de carácter desesperada. Es decir, las pequeñas empresas varían mucho en dimensión y en su capacidad real de crecimiento. Así mismo suelen caracterizarse por tener mayor autonomía e independencia en la toma de decisiones, su heterogeneidad en las estructuras organizativas y finalmente los distintos estilos de gestión que suelen emplear en sus modelos de negocio”.

Por consiguiente quiero plantear tres puntos esenciales de acuerdo a lo mencionado anteriormente:

1. Actuación proactiva

En el marco de la creación de una empresa, equipo o cualquier tipo de sistema, se requiere sin lugar a duda tener la certeza y la compresión acerca de qué tan bien se está procediendo (actuando). Seguidamente a dicha estructura le corresponde contemplar cómo está siendo su desempeño (rendimiento) y con ello fijar estándares básicos con el fin de que sean cumplidos; lo anterior también será oportuno para comprender cómo gracias a dichos estándares se podrá ir mejorando la técnica, con el propósito de seguir mejorando su rendimiento.

Con lo anterior, es oportuno monitorear el alcance real del desempeño para determinar sus avances y retrocesos, y es allí donde aparecen las herramientas de los indicadores de gestión (KPIs) capaces de monitorear el cumplimiento de los objetivos y las metas. Aún así no hay que perder de vista el alcance de dichos indicadores, en especial porque en ciertas ocasiones no son lo suficientemente representativos sobre todo en los aspectos cualitativos del negocio. Aquí es donde los modelos de madurez pueden convertirse en una herramienta increíblemente útil.

2. Madurez en el negocio

Bajo el enfoque del modelo de madurez en el ámbito de los negocios, su pertinencia es tal ya logra divisar qué tan maduro es el modelo de negocio, la organización o el sistema de acuerdo a dicha madurez podrá seguir escalando en la aspiración general de conquistar una mejora (s) continuas.

En definitiva, la madurez podrá ser valorada de acuerdo a la estructura, orden y preparación de la organización o sistema para orientar sus esfuerzos en materia de auto – superación y su auto – crecimiento.

3. Revisión y auditoria

La conquista de una mejora continua es factible en la medida que se diseñen procesos de  revisión o auditoria, y estos a su vez servirán como herramientas para confrontar los ciclos comerciales en el día a día. Así mismo, su alcance como herramientas también será determinante para evaluar su efectividad en el negocio, al igual que con ellas se podrán formular mejoras siempre orientadas a ser implementadas y probadas.

Con el siguiente gráfico se podrán identificar las fases sobre las cuales se puede escalar y cómo no, declinar un modelo de negocio:

 

Coporate Lifecycle by Ichak Adizes

 

Para comprender mejor las distintas fases en cada una de las etapas por las que se va incursionando en materia de negocios, se encuentran enumeradas los distintos pasos en la curva acompañados con una palabra clave y su respectivo efecto o dimensión antagónica:

  1. Idea Fértil – Simplemente un Sueño.
  2. Start Up – Estrellada en el momento de despegar.
  3. Crecimiento rápido y sin control ( sin contención ) – Derroche de Arrogancia.
  4. Crecimiento Disciplinado – Declive Prematuro – o – Expulsión algún (os) Socios/Fundadores.
  5. Estatus “ DULCE “ Crecimiento Sostenido y Controlado.
  6. El ecuador de la curva se manifiesta dentro de los “packs“ competitivos. 

Descenso de la Curva.

  1. Durmiendo en los Laureles (Gloria del Pasado).
  2. Reflexión introspectiva producto de la angustia del Declive.
  3. Parálisis. 
  4. Muerte. 

Con la  actual pausa que estamos experimentando, es oportuno examinar las creencias limitantes que han acompañado precisamente esa negación a madurar y por ende hacerse responsable, porque si bien Colombia cuenta con un eco sistema capaz de destacar producto de su esfuerzo y talento, si el talento no se entrena como es debido eso no será suficiente para escalar en relevancia a nivel global.

 

Imagen de Cho Gi Seok

 

Con lo anterior este contexto de crisis realmente se puede optimizar como una oportunidad real para identificar quién (es) tienen modelos de negocios, marcas maduras y así permitir dar paso a liderazgos tan necesarios en todos los ámbitos incluso la moda – en realidad estamos minados de jefes y huérfanos de líderes – donde a su vez las mismas circunstancias serán definitivas para que como en las leyes de la naturaleza se finalicen modelos y visiones de negocio que no estaban funcionado con o sin pandemia.

De todos modos aquí no es cuestión de fijar un ranking de quién (es) son los más maduros en la industria – eso supone seguir perpetuando la idea limitante y tú más y yo menos – en especial por la diversidad de actores que convergen en la misma, pero ante la incapacidad que hemos tenido hasta la fecha de vibrar bajo la dimensión colectiva se hace imperativo contar con herramientas por parte de aquellos actores que así las han implementado en otros momentos de crisis; y al tener esa certeza frente a las herramientas confrontarlas en los modelos de negocios, advirtiendo con toda la responsabilidad del caso si se puede seguir navegando o si es tiempo de retirada hacerla decorosa y a tiempo.

Por ende nos encontramos en un momento vital que nos tiene a todos desde casa; transformando hábitos, re evaluando procesos o inclusive no tomando parte de nada de lo que acontece y eso también hace parte de este trance.

 

Imagen de Michael Bailey Gates

 

Ahora bien lo acontecido hasta la fecha y la historia que ha firmado el paso de una industria textil colombiana determinante para enfocarse en la construcción de una industria de moda en Colombia, por supuesto que cuenta con hitos notables pero al final dicho cambio también es capaz de documentar cómo aún hay desafíos que siguen sin ser resueltos; y si uno de los efectos negativos de no hacerse responsable se traduce en negar los elementos que entorpecen la madurez de la industria, la misma quedará sometida a una incapacidad real de transformar todo aquello que mina su avance y trascendencia. 

Finalmente dentro del marco de paradojas producto de la pandemia algo que alcanzó a tener un marco de celebración –  incluso con la escalada de casos de COVID19 a nivel global – fue la conquista de Johanna Ortiz y su colaboración con el gigante Sueco Hennes & Mauritz ( H&M ) siendo la primera diseñadora Latinoamericana en alcanzar ese crecimiento de negocio. 

 

Foto de campaña de Johanna Ortiz para H&M

 

A nivel local hubo fiesta de lanzamiento en una galería de arte en Bogotá y el día después la cápsula se puso a la venta tanto en Bogotá como en Medellín y según lo predecible en Colombia; hubo las filas, el drama, el júbilo por hacerse con una pieza de diseñador a precio simbólico, pero a su vez nos pueden asaltar las dudas si este fue un movimiento estratégico maduro en su modelo de negocio o su crecimiento está siendo no controlado y una de las embajadoras del Caribbean Chic tendrá tiempo para rectificar?, ya veremos si así no lo comparte o no.

En suma, si hay una industria que cuenta con escenarios posibles para salir – ojalá reforzado de toda esta pandemia – es la moda, pues desde distintas orillas se pueden ir adelantando iniciativas que tomen el pulso de los cambios que van a llegar a múltiples estilos de vida post COVID19; pero si los actores principales, antagónicos, extras y hasta satélites que convergen en la industria no logran desaprender de su posición cómoda, individualista e inmadura,  y exorcizar parte de sus males, sí, sobreviviremos pero se habrá perdido una gran oportunidad para trascender en el cuidado y preservación de la existencia humana.

 

Harvard Business Review

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