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MODA VERDE, la nueva revolución industrial

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enovar, rediseñar y regenerar son las apuestas de la moda eco. Los retos: reducir costos, optimizar recursos, diferenciar productos, abrir mercados, entregar valor agregado, conservar el planeta y cumplir nuevas legislaciones.

 

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“Hay suficiente denim en el mundo como para no tener que fabricar más”, dice Dio Kurazawa, director de denim en la agencia de tendencias WGSN, al advertir que por lo menos en el índigo, el reciclaje será la norma. Ropa de segunda mano y confeccionada con tela jean reciclada es la respuesta para los millennials y los consumidores del futuro, que realmente entienden el cambio climático y la responsabilidad que implica.

El reto de la industria o moda verde está en la sostenibilidad, lo que le exige a la cadena incorporar insumos verdes, contar que los usa para que el cliente los perciba y los pague y buscar alternativas con los diseñadores, confeccionistas, financieros y equipos robustos y expertos que hagan un inventario de los gastos al producir las prendas, evalúen las mejores prácticas, optimicen los recursos, adopten medidas ambientales y las pregonen al consumidor.

“La apuesta es innovar para optimizar los recursos eco-nómicos, sociales y ambientales”, asegura Johannes Dobinger, director de la región andina de la Onudi. Los ejes de trabajo deben ser energía limpia, agua limpia, ecosistemas sanos y materiales reusados.

Un buen ejemplo de este ciclo sostenible de moda verde es Patagonia Inc., que desarrolló su estrategia verde desde un reconocimiento público de su CEO: “No somos el modelo de una empresa comprometida con la producción responsable porque no hacemos todo lo que podemos hacer para devolverle al planeta lo que recibimos de él”. En Patagonia todo empezó con un problema de salud de los empleados por la contaminación ocasionada por los pesticidas del algodón, lo cual los animó a convertirse en una empresa orgánica en 1996. Como una bola de nieve, aparecieron muchas medidas verdes: calcular y disminuir su huella ambiental, reusar insumos, pagar lo justo a sus confeccionistas, hacer chaquetas de lana a partir de botellas de plástico recicladas del fondo del mar, tener empaques ambientales, cerrar las tiendas por horas para que los empleados marcharan a favor de acciones para compensar el cambio climático, invertir el 1% de las ventas en campañas que promuevan el transporte limpio y la conservación ambiental y hasta sacar un aviso en el Black Friday que decía “No compre esta chaqueta” y que animaba a los consumidores a reparar las prendas que tenían a través de catálogos con instrucciones, gratis en las tiendas de Patagonia –si los daños eran responsabilidad de la marca–, o a bajos precios –si la prenda se había dañado por mal uso–.

 

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“Las nuevas generaciones traen el chip que valora el compromiso de la industria con el planeta, las actuales están cambiando su forma de pensar y a nivel internacional, ser sostenibles nos abre puertas”, dice Luis Javier Rodríguez, vicepresidente de Expofaro, empresa que cree en la industria verde como una apuesta del presente para el futuro.

 

Expofaro supera las políticas ambientales internacionales. Su planta de tratamiento garantiza que el agua liberada es limpia y reutilizable, tiene un sistema de lavado que reemplaza el agua por ozono y disminuye el consumo hídrico en cerca de 30% en promedio y hasta cero en algunos casos, y ha sustituido doce químicos en sus procesos por otros no contaminantes. Su estrategia verde incluye la inversión en investigación, maquinaria, tecnología y productos ecológicos.

Otros casos de moda verde son los de Urban Outfitters, que ha lanzado dos colecciones verdes este año para los defensores del medioambiente en Londres; ReeWork Collection, que recuperó remanentes de fábrica seleccionados con los que se hicieron diseños únicos, limitados, enumerados y de bajo costo, lo que motivó compras verdes y rápidas; y Vintage, que al estilo de la vendimia, designó un grupo de compradores de la compañía para buscar y adquirir prendas en los mercados de pulgas y tiendas vintage de Los Ángeles para renovarlas y convertirlas en ediciones limitadas, también de bajo costo.

El Banco Interamericano de Desarrollo advierte que en países como Colombia, el mercado verde reclama fórmulas ecológicas y de bajo costo para el consumidor. Algunas podrían ser el reciclaje de materiales, la optimización de procesos y las buenas prácticas de la cadena.

Acciones eco

  • Producción limpia y eficiente en los consumos.
  • Disminución de impactos ambientales.
  • Trabajo con proveedores certificados eco.
  • Uso de tejidos naturales, ecológicos y reciclados.
  • Comercio justo y respeto por los derechos de los trabajadores.
  • Participación gremial para compartir las mejores prácticas y hacer más ecológica la industria.
  • Producción de prendas con material reciclado.
  • Prendas de peso ligero que optimizan las cargas de lavado.
  • Productos con fibras libres de agroquímicos.
  • Productos hechos por etnias que conservan los patrimonios locales.
  • Usar certificados de producción en las etiquetas.
  • Convertir la ropa en vallas que motiven los hábitos eco.
  • Incorporar tecnología a las prendas que faciliten el uso de energías limpias.

Las claves del mercado verde

  • Reducir o renovar los procesos para disminuir consumos, pérdidas e impactos ambientales. Por ejemplo, el agua, la energía o las materias primas.
  • Reutilizar o rediseñar, transformar los materiales usados para una segunda vida útil en nuevos procesos o para darles nuevas formas.
  • Reciclar o regenerar, usar desechos para hacer productos nuevos. Hacer prendas con papel, con hilos o tejidos elaborados con productos que podrían ser basura como las botellas.

Según datos de H&M, la producción textil desecha un billón de prendas por año a los basureros del mundo que podrían ser reutilizadas o recicladas.

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