Suscribete a nuestra comunidad y recibe los últimos articulos de cultura de moda Fashion Radicals ¡directo a tú inbox!

Playhouse: La Casa Rosada donde la moda se imagina

By Posted on 0 No tags 0

E

scrito por Gabriela De La Espriella. En el corazón de Medellín, entre pasarelas y feria comercial, se alzó un lugar donde la moda no solo se exhibió sino que se habitó. Playhouse: La Casa Rosada no fue un evento, fue un portal. Una experiencia sensorial inmersiva donde las texturas hablaron, las flores crecieron en botas, y el tiempo se diluyó entre conversaciones, mezclilla, zapatos, bolsos y copas. Una galería de lo inesperado que abrió sus puertas durante los tres días de Colombiamoda 2025, y que redefinió lo que entendemos por moda, por arte y por celebración.

Una colección que respiró, una casa que habló.

Todo comenzó con la idea de Caty Villota de crear alianzas poderosas e impactantes entre personas y marcas. Una propuesta que se materializó gracias a un equipo de creativos que creen en las experiencias con alma. El lanzamiento de la nueva colección de MP Patricia Mejía, construida sobre los textiles innovadores de Vicunha, y nutrida por la visión de los bordados de Amarpo. Además, tres diseñadores colombianos de culto: Camilo Álvarez, Faride Ramos y Alejandro Crocker acompañaron esta unión. Lejos de una pasarela tradicional, esta colección tomó forma en espacios vivos, donde cada pieza dialogaba con su entorno. Las telas y el cuero no eran solo materia prima: eran lienzos en movimiento, intervenidos, pensados, alterados, expandidos.

El trabajo de visual merchandising de Lina González, la estrategia de comunicación de Diana Lunareja y la logística y producción de Daniela Tobón.

Una casa dividida en mundos

La emblemática Casa Rosada de Patricia Mejía se transformó en un ecosistema con zonas narrativas.

  • Zona 1: Patricia & Vicunha
    Una oda al textil como forma de expresión plástica. Aquí, el denim y el cuero se fundieron con el surrealismo, en una instalación donde las prendas parecían crecer como ramas en los pies, en los brazos y en los espacios gracias a los bordados exuberantes de Amarpo.

  • Zona 2: Diseñadores invitados
    Camilo Álvarez, Faride Ramos y Alejandro Crocker aportaron sus lenguajes únicos, creando nuevas lecturas de la materia del denim.

  • Zona 3: El objeto sin función
    Bolsos-floreros, botas-macetas, carteras suspendidas como móviles o candelabros. Una exploración de lo inútil como belleza absoluta. Aquí reinaba el asombro. Además de trabajo textil y bordado de objetos de decoración de Nimes + Amarpo.

  • Zona 4: Estilo de vida. Desde el tequila artesanal Patrón hasta la crema de tequila de fresa de Cream Heroes. Desde el agua estructurada de Ohra para el cuerpo y la piel, hasta la sofisticada frescura de San Pellegrino. Desde bocados exquisitos de María Respostre servidos en vajilla rosada de Corona y acompañados por la soda más efervescente de Colombia: Bretaña. Copas y vasos, más floreros de vidrio reciclado hechos arte por el Zorro y el Jaguar, decoraron la casa y a sus invitados. Pasando por crisantemos de exportación de Deliflor de las Américas que le dieron vida y  color a cada rincón y objeto. Divertidos charms de belleza de Wella y Medipiel dieron inicio a las sesiones de coctelería de palomas con tequila Patrón y los brindis con JP Chenet.

Más que moda: experiencias en expansión

A lo largo del recorrido, la experiencia se enriquecía con activaciones y momentos participativos:

  • Sesiones de estilismo en vivo con Belén Ochoa y Franklyn Ramos, que convirtieron a los asistentes en lienzos humanos.

  • Conversatorio con Alejandro Crocker, donde la sensibilidad fue defendida como herramienta social y creativa.

  • Un taller de marroquinería en vivo, donde las manos detrás de la marca Patricia Mejía cobraron protagonismo. Cada puntada era una confesión estética.

Todo estuvo en construcción, y cada visitante fue parte del proceso.

Playhouse: cuando la moda se convierte en atmósfera

En Playhouse, nada era literal y todo tenía sentido. Porque cuando la moda se libera de la pasarela, puede convertirse en aire, en olor, en conversaciones compartidas. La propuesta fue clara: crear un mundo paralelo donde la moda se sienta y no solo se mire. Y ese mundo tuvo nombres y marcas, flores, texturas, música y sabor. Tuvo cuerpo.

La Casa Rosada no fue una sede, fue un personaje. Y quienes la habitaron, por unas horas o unos días, salieron transformados. Lo que sucedió en Playhouse, no se olvidará. Se atesorará como un sueño lúcido donde la creatividad tuvo casa, piel y celebración.

compartir

Sin comentarios aún.

¿Qué piensas acerca de esto?