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antiago Ospina es el director creativo de Flow, y podríamos definirlo como un arquitecto de la imagen, por su trabajo como editor de la revista impresa MagasIn, pero también porque desde hace diez años ejerce como estilista de moda para artistas musicales.
Fotos Cortesía de Cámara Lúcida
Empezó en el oficio con la productora 36 Grados y, en sus inicios, para ensamblar los atuendos de sus clientes buscaba prendas en centros comerciales, en diseñadores independientes y con distintos proveedores; sin embargo, de esa manera no era posible garantizarle exclusividad a sus artistas. Así que decidió empezar a diseñar sus propias prendas.
Ese fue el inicio de Flow, y al detectar la necesidad de exclusividad de los artistas también aparecía el requerimiento de prendas con un alto impacto visual. Orgánicamente la marca se fue configurando, dice Ospina, y en ese proceso le ideó una estructura basada en tres pilares.
El primero era vestir a los artistas para sus producciones audiovisuales con piezas visualmente poderosas, pensadas para la cámara. Luego, entendiendo que el artista también es un personaje que al salir del escenario tiene una vida cotidiana, Ospina ideó la segunda línea de Flow, que consiste en prendas para vestir al personaje en su diario vivir, con un menor nivel de teatralidad del que exige la cámara pero afines al estilo que identifica al artista. Y la tercera, destinada a los fans, para satisfacer la identificación que los seguidores tienen por sus ídolos musicales y que usualmente expresan vistiéndose como ellos.
Flow fue una de las marcas del proyecto Épica de la Alcaldía de Medellín, una iniciativa del gobierno local que desde hace varios años apoya la formación de emprendedores en el campo de la moda. Con Medellín convertida en un centro competitivo para la producción audiovisual y musical, especialmente la urbana, apuestas como Flow son una respuesta coherente con el contexto.
De hecho, su desfile tuvo en escena a Soley, una artista emergente del género que encendió el despliegue de “Cowboys Underwater”, la colección presentada por Flow. El director creativo explica que en la semiótica de su colección subyace una preocupación por la acumulación de desechos en los lechos marinos, y aunque es consciente de que con esto no salvará al mundo, desde su orilla, procura hacer un uso racional de los materiales e integrar a su producción tecnologías más amables con el medio ambiente. Mientras tanto, reflexiona sobre el problema y lo expresa plásticamente en grafías acuáticas, fauna marina y códigos vestimentarios de personajes como sacados de un western.
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